Cómo calcular el costo de producto: 3 pasos esenciales

Cómo calcular el costo de producto: 3 pasos esenciales

Determinar el costo de producto puede parecer sencillo en primera instancia: sumas un porcentaje extra a lo que te cuesta conseguirlo o producirlo, de manera tal que generes una ganancia. Pero, ¿cómo se calcula exactamente ese porcentaje que debes agregar?

Empecemos por el hecho de que si tu empresa manufactura los productos, el costo de las materias primas fluctúan, pero tus precios suelen ser fijos (créenos: pocos serán los clientes que reciban con agrado un alza súbita o una reestructuración de tus precios).

Luego, hay que considerar el sueldo de tus trabajadores, la renta de las instalaciones, el mantenimiento de la maquinaria, licencias y permisos, distribución

¿Y qué dices de los impuestos? Vas a necesitar contadores. ¿Internos? Agrega sueldos. ¿Externos? Asegúrate de seguir las reglas para el outsourcing en tu país.

Ahora, ¿cómo le vas a llegar a tus potenciales clientes? ¿Anuncios en redes sociales, espectaculares, comerciales en TV? ¿Un mix de los tres y otros tantos? Mejor pregúntale a un especialista en marketing.

Y a todo esto, ¿dónde queda tu ganancia?

En fin… Sabemos que determinar esta ecuación es complicado, y los recursos a la mano tienden a ser técnicos por naturaleza, porque, en efecto, determinar el precio de un producto sólo es sencillo en primera instancia o ya que lo tienes resuelto.

La realidad es que se trata de un proceso complejo que demanda mucho cuidado, y que sale caro (literalmente) si no se hace correctamente.

Por ello, preparamos esta breve guía con algunos conceptos básicos, las variables más importantes, así como los 3 pasos esenciales para calcular el costo de un producto.

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Costo de producto: lo que necesitas saber

Comencemos por el principio. Para determinar el costo de un producto, se recurre al pricing o fijación de precios, que en economía y finanzas se refiere al establecimiento del valor de un producto o servicio.

En otras palabras, el pricing es lo que ocurre cuando, como parte de su estrategia y modelo de negocio, una empresa determina cuánto debe pagar el consumidor final por su producto o servicio.

Generalmente, este es un proceso que se lleva a cabo en el área de finanzas y de desarrollo de producto de una empresa, pero la decisión final suele provenir de la dirección general.

Aunque cada ejercicio tiene sus propias características, se pueden resumir en tres los acercamientos más utilizados para una estrategia de fijación de precios.

Basado en la competencia

Como su nombre lo indica, este acercamiento se guía por un análisis de la oferta de la competencia. Con base en este marco de referencia, puedes decidir si igualas tu oferta al estándar de la industria, si puedes costear una oferta menor o, en su defecto, si la calidad de producto justifica un precio mayor al del resto.

Basado en costos

A diferencia del anterior, este acercamiento ignora –en teoría, aunque no siempre en la práctica– el precio que sus competidores fijan por un producto idéntico o similar. Más bien, opta por asignar un precio de venta en relación a su costo de producción.

Un modelo al que generalmente se recurre bajo esta premisa es el conocido como markup: un múltiplo de la industria que se aplica sobre el costo final de la fabricación del producto.

Basado en la demanda

Este enfoque responde principalmente al movimiento de la demanda, ya sea que esté bajando o subiendo.

Si la demanda sube, es posible que el precio incremente, especialmente si el suministro es limitado. Por el contrario, si la demanda baja, así lo hacen los precios, con el objetivo de incentivar un mayor consumo del producto.

Un buen ejemplo de este modelo es el mercado inmobiliario: los precios fluctúan dependiendo de cuántos consumidores están buscando una propiedad y cuántas unidades hay disponibles.

Ya que entendimos un poco más acerca del acercamiento de algunas estrategias de pricing, vayamos un poco más a profundidad.

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Costo y precio: las variables que importan

Es común que se utilicen estos términos como sinónimos de manera cotidiana, pero en un ámbito más especializado –como el del pricing– la diferencia entre costo y precio es algo en lo que vale la pena abundar.

Entonces, pongamos un poco de orden:

Por costo se entiende el gasto en el que se incurre al manufacturar un producto u ofrecer un servicio, como pueden ser las materias primas o la mano de obra. El costo tiene un impacto directo en la rentabilidad de un negocio.

El precio, por su parte, es la cantidad que un consumidor está dispuesto a pagar por un producto o servicio. La diferencia entre precio y costo es la ganancia: si, por ejemplo, un cliente paga $10 MXN por un producto cuyo costo es de $6 MXN, la empresa genera $4 MXN de ganancia por unidad.

Ahora que tenemos algo más de claridad sobre esta distinción, veamos cómo llevarla a la práctica.

Fórmula costo/precio de venta

Aunque no hay un estándar a lo largo de la industria que nos indique cómo calcular en cada caso el costo sobre el precio de venta, esta fórmula es útil para obtener un punto de arranque desde el que podamos considerar otras variables.

La fórmula es la siguiente:

fórmula para sacar costo de un producto

P = Precio de venta

C = Costo de producción

R = Rentabilidad

Un detalle importante que se debe tomar en cuenta es que el resultado de tu operación, siempre debe ser positivo y menor a 100.

¿Por qué? A medida que la rentabilidad se acerque al valor de 100, más alto será el precio de venta al consumidor. Por otra parte, si la rentabilidad se acerca a cero, el precio del producto tiende a ser igual al costo.

Ahora, comúnmente, esta fórmula tiene mucho sentido cuando hablamos de bienes tangibles porque toma en consideración la suma de la materia prima, la manufactura, la renta y los sueldos, entre otros.

Sin embargo, el asunto de determinar un precio basado exclusivamente en el resultado de esta operación es insuficiente cuando se incluyen los activos intangibles: la reputación, la propiedad intelectual o el valor de la marca, por ejemplo.

Para ello, hay un factor más que debes considerar como fundamental y es el valor del producto para el cliente. La industria de la moda de lujo es un ejemplo claro.

La calidad de los productos, la reputación de la marca o la experiencia de compra son intangibles que ciertos clientes pueden estar dispuestos a pagar, pero que probablemente no apelarán con la misma efectividad al público en general.  

Por ello es que, si bien hay modelos, acercamientos y fórmulas para determinar cuál es el costo de un producto, no contamos aún con un estándar general.

El proceso para determinar el costo de tu producto tiene matices que vale la pena tomar en cuenta. Los siguientes son algunos que consideramos indispensables.

3 pasos esenciales para calcular el costo de producto

Los siguientes pasos que te recomendamos seguir son de utilidad para integrar en tu análisis previo a la fijación de un precio, porque te darán el alcance pertinente para un ejercicio redondo.

1. Suma tus costos variables

Primero que nada, necesitas entender los costos que implica fabricar uno solo de tus productos: de la línea de ensamblaje a la puerta del cliente, por decirlo de una manera. Ante esto, hay dos posibles escenarios.

El primero es que si obtienes tu producto de un tercero (por ejemplo, un wholesaler), tendrás un estimado muy claro respecto al costo unitario exacto de tu negocio.

El segundo es que, si te haces cargo directamente de la manufactura de tus productos, deberás mirar con más detalle la cadena: materia prima, mano de obra, costos fijos, etcétera.

A ello, debes añadir tu tiempo y esfuerzo: cuál es la tarifa razonable que te puedes permitir. Luego, dividela entre el tiempo que le toma a tu empresa producir una unidad. Tu sueldo debe ser una variable que siempre esté presente en este cálculo.

2. Adiciona tu margen de ganancia

Ya que desciframos cuál es la cantidad de costos variables por producto vendido, es momento de agregar un margen de ganancia al precio.

Supongamos que buscas obtener un 20% de margen de ganancia sobre los costos variables. Como ya señalamos antes, previo a decidir ese porcentaje hay que valorar dos cuestiones:

  1. Aún no se integran al cálculo los costos fijos, que son independientes de los variables (veremos esto en un momento)
  1. Ya sea que quieras competir con base en precios bajos, que utilices un múltiplo, o que valores los intangibles de tu producto por encima de la media, toma la decisión a partir de un criterio aceptable dentro de la categoría de tu producto.

Si ya tomaste en cuenta lo anterior, el siguiente paso es tomar en cuenta el total de tus costos variables y dividirlos entre 1 menos tu margen de ganancia.

Entonces, para obtener un margen de 20% (0.2), tienes que dividir el total de tus costos variables por 0.8.

3. Fíjate en tus precios fijos

A diferencia de los variables, los costos fijos son aquellos que debes pagar sin excepción: vendas 1 o 1000 productos. Son una parte fundamental de la administración de tu negocio, y debes plantearte como meta que la venta de tus productos cubran este gasto.

En resumen:

claves para sacar costo de un producto

Por último

Nuestra recomendación es realizar un análisis concienzudo y riguroso de los elementos que tu empresa tiene a su disposición para diseñar la estrategia de pricing ideal para tus objetivos.

Ahora, es importante considerar que nada de esto está escrito en piedra: iterar tu estrategia de pricing es completamente válido… Sin embargo, se necesita sensibilidad de negocio para comprender cuándo es el mejor momento para hacerlo.

Determinar el costo de tu producto no es una ciencia exacta, pero si tomamos en cuenta los factores adecuados, tu empresa tiene la posibilidad de llegar a buen puerto.

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